Tras la tragedia ocurrida en Santiago el pasado 24 de julio, las investigaciones continúan. En este caso, el juez Alaez ha decidido imputar a la empresa por fallos en la seguridad de la vía que recorría el tren Alvia. En el auto, el juez reconoce que la causa esencial de la catástrofe fue la conducción indebida por parte del maquinista, pero además señala fallos en la señalización y seguridad.

Por su parte, Adif no sabe con exactitud a quien reclama el magistrado, puesto que existen varios responsables en la zona del descarrilamiento y no saben quién de todos ellos es el que debería ir a declarar.

El auto aclara que la seguridad en la vía y los sistemas de frenado del tren era suficientes. Según Aláez no se tomaron las medidas necesarias para garantizar la seguridad en la línea ferroviaria por lo que constituye una imprudencia punible. Según el documento, la vía en la cual se produjo el accidente posee características sumamente comprometidas.

Los argumentos del juez son claros. En primer lugar, la señalización de la curva de A Grandeira era insuficiente porque avisaba del cambio de velocidad, sumamente brusco, a tan solo trescientos metros. Por otra parte, las balizas no estaban bien colocadas y solo anunciaban que la entrada a la estación estaba próxima. Además, el tren no contaba con un sistema de frenado automático. Contaba con el sistema ASFA que sólo frena el tren cuando éste supera los doscientos kilómetros por hora, y por tanto, no sirve para prevenir un despiste del conductor.

Ahora Adif tendrá que acalarar quiénes son los responsables para que acudan a declarar.