Rodrigo Rato se llegó a considerar como el hombre modelo dentro del Partido Popular. Fue capaz de encandilar, con su encanto, incluso a los socialistas para dirigir el FMI. Logró incrementar el aprecio de los suyos al volver como un hombre de mundo y se convirtió en el telonero más disputado para actos públicos. Incluso llegó a desarrollar una sonrisa especial para los elogios. Sin embargo, ahora todo ha cambiado.
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar, recoger datos estadísticos y mostrarle
publicidad relevante. Si continúa navegando, está aceptando su uso. Puede obtener más información o cambiar la
configuración en política
de cookies.