José Jiménez, criminalista forense, ha analizado detenidamente las imágenes del descarrilamiento del tren de Santiago. Según Jiménez, cuando el tren entra en la curva el segundo vagón ya esta hundido. "Eso significa que, antes de entrar en la curva, el maquinista ha pisado el freno totalmente, aunque tarde". En consecuencia, los últimos vagones del tren inician la curva en seco, por tanto el descarrilamiento ya es inevitable.
José Jiménez insiste en que, entrando en esas condiciones en la curva, es imposible que el maquinista pudiese evitar el descarrilamiento. El criminalista forense se pregunta si no hubiese sido mejor que no frenara. "Los expertos se encargaran de decidir si la decisión de frenar del maquinista fue acertada". Según el criminalista forense, el tren circulaba al 200%, como mínimo, por encima de su posibilidad.