El compadreo se plasma, por ejemplo, en el asunto del estadio Rico Pérez, del Hércules. Ortiz se comprometía a remodelarlo a cambio de la compra, en la cual tendría que haber invertido más de 4 millones de euros. Ahora incluso el ayuntamiento de Alicante quiere que se tase la reforma que hizo en el Rico Pérez el empresario amigo de Castedo.

Compró el campo en 2007 y habían pasado dos años sin rastro de las obras, pero en esta conversación de 2009, y tras la publicación en la prensa del lamentable estado del campo, Castedo le dice a Ortiz lo que tiene que hacer.

Ortiz también contó con la ayuda de Castedo para que el Instituto Valenciano de Finanzas le diera el aval de 18 millones de euros que él quería. Castedo aparece como la presunta conseguidora de este préstamo en una conversación en la que se escucha a Ortiz meter presión para que Castedo mueva ficha con el Conseller.

Y también hubo favores a la inversa, porque Castedo tiró de Ortiz para que le consiguiera facturas que demostraran una presunta financiación ilegal en el PSOE. La primera petición es la de colocar a su cuñada, pero Castedo acude a Enrique Ortiz para que le ayude a contratar en un hospital a dos auxiliares de enfermería.