el origen de la tragedia

Ernesto Navarro, alcalde de Chiva, recuerda el día de la DANA: "Cuando vimos la magnitud, sabíamos que estábamos viviendo una película de terror"

Hace un año Navarro era un vecino más de Chiva, donde empezó la riada que arrasó Valencia. Hoy, como alcalde, asegura que "la reconstrucción no ha terminado" y trabaja para levantar el ánimo de un municipio que aún siente el dolor.

chiva

Hace justo un año, Chiva fue el punto de partida de la riada que devastó Valencia en octubre de 2024. A apenas 50 kilómetros de la capital, la Aemet registró más de 490 litros por metro cuadrado en ocho horas, con picos de hasta 160 litros en solo una hora. Ocho personas perdieron la vida en el municipio, cuatro de ellas vecinos de Chiva.

Hoy, Ernesto Navarro, su alcalde —entonces un ciudadano más—, ha recordado en Al Rojo Vivo cómo vivió aquel día que lo cambió todo."El recuerdo es de impotencia, de terror, de pánico. Sabíamos que algo grave estaba ocurriendo, que no era normal. Nos impactó a todos", confiesa.

Cuando vio la magnitud de lo que estaba pasando, comprendió que no se trataba de una tormenta más:"Sabíamos que estábamos viendo una película de auténtico terror".

Como vecino, recuerda que no pudieron hacer nada."Solo quedaba quedarse en casa, porque no podíamos hacer otra cosa", cuenta. Vive a veinte metros del barranco. "El agua llegó hasta mi puerta. No entró, pero estuvo a punto".

El verdadero golpe llegó al día siguiente, cuando salieron a la calle y vieron el casco urbano destrozado: "Ahí entendimos la dimensión de lo que había pasado".

Un año después, ya como alcalde, Navarro hace balance:"Estamos bien. Podríamos estar mejor… y también peor. La reconstrucción no ha terminado. Seguimos en ello".

Explica que se han ejecutado numerosas obras de emergencia y que el foco está puesto en "la gente que aún no ha podido volver a su casa" y en "quienes siguen con problemas en sus calles".

El trabajo más difícil, asegura, ha sido levantar la moral del pueblo. "El municipio sigue dolido. Nos duele la pérdida de los cuatro chivanos y de toda la gente que lo ha perdido todo. Tenemos dolor, tristeza e impotencia".

Aun así, Navarro rescata una lección después de toda la trageida: "Si algo hemos aprendido de todo esto es la unidad del pueblo, la paciencia, la esperanza. Todos vamos en la misma dirección".

Sin embargo, también lamenta la falta de coordinación entre administraciones y critica el uso especulativo de la desgracia:"Es bastante doloroso ver que hay personas y empresas intentando aprovecharse de esta tragedia".