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La avispa velutina desata la alarma en Galicia tras tres muertes en quince días: "Es un problema de salud pública"
Los detalles El último ataque ocurrió el domingo a un hombre de 55 años que falleció tras pisar un nido. Los apicultores advierten que el repunte de esta especie invasora no está recibiendo la atención necesaria, pese a los esfuerzos de la Xunta por colocar trampas y retirar nidos.

Resumen IA supervisado
En Galicia, la muerte de tres personas en dos semanas por picaduras de avispas velutinas ha generado alarma. Esta especie invasora, también conocida como avispa asiática, ha incrementado su presencia debido a condiciones meteorológicas inusuales, con temperaturas más cálidas y menos lluvia. La Xunta ha implementado medidas de control, como trampas y un programa de vigilancia, pero los apicultores consideran que son insuficientes. Las picaduras pueden ser mortales para personas alérgicas, y la expansión de la velutina representa un problema de salud pública. Galicia lidera en España las muertes por picaduras de insectos, con una incidencia de 2,2 por millón de habitantes.
* Resumen supervisado por periodistas.
La muerte de tres personas en apenas dos semanas por picaduras de avispas velutinas, también conocidas como avispas asiáticas, ha encendido las alarmas en Galicia. Los apicultores advierten que el repunte de esta especie invasora no está recibiendo la atención necesaria, pese a los esfuerzos de la Xunta por colocar trampas y retirar nidos.
El último ataque ocurrió el pasado domingo en Cospeito (Lugo), donde un hombre de 55 años falleció tras pisar un nido mientras cazaba perdices. Días antes, otros dos hombres, uno de 79 años en Dozón (Pontevedra) y otro de 76, concejal del PP en Irixoa (A Coruña), murieron en circunstancias similares mientras desbrozaban sus fincas.
Ni la época ni la concentración de casos son habituales: el periodo crítico de proliferación de la velutina suele ir de junio a septiembre. Sin embargo, las condiciones meteorológicas de este año, temperaturas más cálidas y menos lluvia de lo normal, han permitido que siga activa en pleno otoño. La Xunta ha pedido "precaución, máxime en el caso de tratarse de personas alérgicas", para quienes una sola picadura puede resultar mortal.
"Hay un repunte bastante importante ahora mismo. Hay muchísima presión, se nota sobre todo en las colmenas", advierte Marita Puga, presidenta de la Asociación Galega de Apicultura (AGA).
Galicia, picada por la velutina
La Vespa velutina llegó a España desde Francia en 2010 y se extendió rápidamente por el norte del país. Galicia la detectó en 2013 y se ha convertido desde entonces en una de las comunidades más afectadas. En 2018, también se registraron tres muertes en un corto periodo de tiempo.
Aunque la peligrosidad de su picadura no ha aumentado, sí lo ha hecho su capacidad de adaptación. "Cada vez hay más nidos. La velutina aprendió a convivir con nosotros y a camuflarse", explica Puga. Muchas colonias se esconden ahora en agujeros del suelo, lo que aumenta el riesgo de pisarlas por accidente.
Desde 2020, la Xunta mantiene un programa de vigilancia y control de la especie. Incluye la colocación de trampas para capturar reinas (trampeo) y un número de teléfono específico (012) para avisar en caso de detectar un nido. Gracias a este plan, en 2024 se retiraron más de 18.700 nidos, la mayoría en A Coruña y Pontevedra, y se capturaron más de 113.000 reinas.
Las cifras, sin embargo, siguen creciendo. Solo hasta septiembre de este año se habían capturado más de 230.000 reinas y retirado 14.425 nidos. Aun así, los apicultores lo consideran insuficiente. "Cada uno está intentando salvarse como puede", lamenta Puga, que pide más controles, más personal y nuevas líneas de investigación.
"Por mucho que trampees en tu ciudad o en tu comarca, ¿qué pasa con todos los nidos que hay en el monte? El cazador que murió este fin de semana estaba cazando en el monte, y ahí nadie trampea", reflexiona.
Picaduras de riesgo mortal
Las picaduras de la velutina pueden ser mortales para las personas alérgicas, el colapso puede sobrevenir en menos de media hora. Su expansión, además, ha incrementado el riesgo para toda la población. "Lo de la velutina es ya un problema de salud pública", alerta Marita Puga, presidenta de la Asociación Galega de Apicultura (AGA). Asegura que este año se ha notado "un repunte muy grande" y teme que el próximo será aún peor. "El descontrol es total. Las medidas de la Xunta ayudan, pero no son suficientes".
Depredadora natural de las abejas, la avispa asiática amenaza directamente la producción apícola gallega. Aunque no suele atacar al ser humano, puede hacerlo si se siente amenazada, especialmente cuando se toca o altera un nido. En esos casos, la respuesta del enjambre es inmediata y violenta. Su veneno, más potente que el de la avispa común, puede resultar letal incluso en personas no alérgicas cuando se producen múltiples picaduras.
El peligro, por tanto, no se limita a los alérgicos. El segundo gran riesgo es la intoxicación por veneno, consecuencia de ataques masivos. Los expertos en toxicología explican que, aunque las proteínas del veneno son similares a las de la avispa común, la cantidad inoculada por la velutina es mucho mayor. Más de cincuenta picaduras simultáneas pueden provocar un fallo sistémico grave y afectar órganos vitales, incluso en personas que nunca han desarrollado una reacción alérgica. Se trata de una muerte por envenenamiento directo, no por respuesta inmunitaria.
La mayoría de los ataques mortales en Galicia comparten un patrón: ocurren durante trabajos agrícolas o forestales, especialmente durante el desbroce. Las vibraciones y el ruido de la maquinaria —tractores, motosierras o desbrozadoras— son interpretados por las avispas como una amenaza. El riesgo aumenta porque muchos nidos, sobre todo los secundarios de final de temporada, ya no se construyen en las copas de los árboles, sino ocultos entre zarzas, muros de piedra o incluso a ras del suelo, lo que los hace prácticamente invisibles hasta que es demasiado tarde.
El Servizo Galego de Saúde recomienda extremar las precauciones en este tipo de actividades, donde los nidos ocultos pueden pasar inadvertidos.