El enfrentamiento dialéctico entre José Luis Ábalos y el PSOE lleva resonando desde que conocimos el ' caso Koldo García', ex asesor de Ábalos cuando éste era ministro de Fomento y de Transportes en las pasadas legislaturas de Pedro Sánchez, como presidente. La trama de comisiones ilegales de mascarillas con las que supuestamente se habría lucrado el ex asesor, ha salpicado de lleno a todo el PSOE.
Pero desde que el Gobierno y el propio PSOE conocieron el 'caso Koldo García' han cerrado filas contra la corrupción y han pedido a Ábalos responsabilidades políticas. La primera en hablar fue la vicepresidenta María Jesús Montero: "Yo, sé lo que haría", decía Montero, haciendo una clara referencia a que su compañero de partido debía dimitir, a modo de responsabilidad política, como pedía el propio partido.
Después, era el mismo Pedro Sánchez, presidente del Gobierno el que aseguraba ser "implacable contra la corrupción", "venga de donde venga y caiga quien caiga". Y la misma secretaria del partido, Pilar Alegría asentía las palabras del presidente: "Tolerancia cero ante los corruptos".
Sin embargo, y ante la negativa de Ábalos a dimitir, Ferraz daba un plazo de 24 horas para que renunciasen a su acta de diputado por el 'caso Koldo' pero finalmente decidió irse al Grupo Mixto: "No ha sido posible haciendo una reflexión con mi partido, en beneficio a las propias siglas", sostenía Ábalos en su comparecencia, en la que anunció que se iba al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados. Por su parte, el propio PSOE decía no entender su postura: "No entendemos a José Luis".
Vuelve a confrontar con el Gobierno
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Un doble objetivo La presidenta madrileña ha usado, por un lado, al dictador para atacar a Sánchez por los actos para conmemorar los 50 años de "libertad" y, por otro, ha aprovechado el pleno para 'exprimir' la crisis del PSOE en Madrid.