Vivir de alquiler envejece incluso más que fumar. Es la conclusión de un estudio realizado en Reino Unido, que demuestra que vivir como inquilino afecta a la salud.

Ser inquilino en sí mismo no es algo que envejezca, pero sí algunos factores que se derivan de ello como pueden ser el frío, el hacinamiento o el estrés, según el estudio publicado en la revista científica Journal of Epidemiology & Community Health.

La inseguridad genera ansiedad y preocupación entre los inquilinos, algo que tiene un impacto directo en la salud mental y física. Un envejecimiento que podría agravarse si estamos expuestos a la contaminación o nos retrasamos en los pagos del alquiler.

Así lo determina el estudio, realizado en Reino Unido, país con un estado de bienestar muy similar al de España. ¿Podrían extrapolarse los datos? La terapeuta Ana Sánchez-Anegón advierte: "Hablamos de precariedad, hablamos de cómo los jóvenes, sobre todo, se sienten muy inseguros en cuestión de la vivienda ahora mismo. Entonces esto puede pasar en cualquier país del mundo".

Una precariedad que nos echa más años encima que fumar o no tener empleo, como puede observarse en el vídeo situado sobre estas líneas.