Conmoción en Brasil por el brutal crimen de una niña. La menor de 11 años fue asesinada al ser arrojada desde un peñasco tras haber sido violada por tres adolescentes y dos adultos, entre ellos un tío suyo.

Los hechos ocurrieron el domingo en una zona rural de Dourados, municipio de Mato Grosso do Sul, estado del oeste brasileño fronterizo con Paraguay y Bolivia, pero sólo fueron divulgados este miércoles tras la detención de los acusados.

Los cinco detenidos, todos indígenas de la misma comunidad de la víctima, confesaron el crimen. En su testimonio, los agresores dijeron que obligaron a la menor a ingerir alcohol y la llevaron a un peñasco próximo a la aldea Bororo, donde la menor residía con sus familiares.

El tío de la menor afirmó que llegó al lugar del crimen cuando la menor ya sufría los abusos, por los que llegó a perder la conciencia, y que también participó en la violación. "El tío, que salió a buscarla, la encontró al escuchar los gritos y, en lugar de interrumpir la violación, decidió participar de los abusos", relató Erasmo Cubas, comisario de la Policía Civil y responsable por la investigación.

El tío de la niña confesó igualmente que ya había violado a su sobrina en ocasiones anteriores.

Los asesinos confesos agregaron que, tras la violación colectiva, arrojaron a la menor desde lo alto del peñasco, que tiene cerca de 20 metros de altura, debido a que la niña comenzó a gritar desesperadamente tras recobrar la conciencia y los amenazó con denunciar todo lo ocurrido.

"Encontramos el cuerpo después de que los líderes de la aldea nos avisaran de su desaparición. Ellos nos señalaron a los adolescentes que estaban inicialmente con la niña en la aldea y que la obligaron a ingerir la bebida alcohólica y, por medio de ellos, conseguimos identificar a todos los involucrados", explicó el comisario.

Los cinco detenidos serán acusados formalmente de los delitos de homicidio doblemente calificado por feminicidio y por el intento de ocultar otro crimen, así como de violación.