Ana ha sido la última víctima de violencia machista en nuestro país. La mujer quería separarse de su marido, que acabó siendo su agresor. El hombre la disparó y después se quitó la vida mientras sus dos hijas estaban en la terraza de la misma casa. Ana no había dejado constancia de maltrato o amenazas ni a su entorno más cercano, ni a la policía.
Tampoco había denunciado la mujer que fue acuchillada por su expareja en Bilbao. Ella sobrevivió, mientras que él se arrojó a las vías del tren.
Donde sí constaba denuncia era en el caso de Valladolid. Rosa, una mujer de 38 años y su actual novio fueron asesinados por su expareja, que confesó el doble crimen. La víctima ya le había denunciado al menos en dos ocasiones y llegó a tener una orden de alejamiento en vigor hasta 2013, aunque aún así vivían en la misma casa.
Las víctimas de violencia machista reclaman más medidas para vigilar a los agresores. "A mí me llamaba la Policía cada mes para ver como estaba", declara Rosalía, una de las víctimas.
Ya son 47 las víctimas en 2014, de las cuales 15 habían denunciado, según datos del CGPJ. Todos los casos menos uno fueron declarados de riesgo medio, bajo o riesgo no apreciado, pero ninguno era extremo ni alto, las únicas situaciones en las que se establece una vigilancia policial diaria.