Es el día más refrescante del verano en Galicia. Vilagarcía de Arousa se llena de visitantes sedientos de agua una vez que San Roque hace su tradicional recorrido de iglesia a iglesia.
Cuenta la leyenda que todo empezó de forma espontánea hace más de 30 años cuando gente que tenía mucho calor "empezó a tirar agua desde una casa".
Hoy tira agua hasta el apuntador y "se moja quien lo pide y quien no". Recorrer las calles de esta localidad pontevedresa durante esta fiesta se convierte en un auténtica temeridad.
A esta fiesta vienen más de 30.000 personas de todas partes, equipadas con todo tipo de armas acuáticas. Renfe ha aumentado 1.500 plazas debido a la gran afluencia de público.