Los vecinos de Madrid han vuelto a salir a la calle y su mensaje no puede ser más claro: no quieren salones de juego en sus barrios. Las asociaciones contra las casas de apuestas de la capital quieren una regulación sin faroles porque -advierten- apostar puede llegar a ser una adicción y no solamente un juego de azar.
"Empiezan a ser ya ludóptas cuando todavía no tienen ni 12, 14 años", denuncia una manifestante. "Nos pasa como con la adicción a la heroína en los años 80, que se miraba para otro lado desde las instituciones", lamenta por su parte Javier Barbero, concejal de Más Madrid.
El Real Decreto presentado por el Ministerio de Consumo no les basta. El viernes, Alberto Garzón lo presentó indicando que el Ejecutivo ha optado "por un paradigma regulatorio estricto antes que por un paradigma de la prohibición total".
"Me parece que hay que ser enormemente restrictivo, estamos hablando de una adicción", reivindicaba en la concentración de este sábado el edil de Más Madrid.
Y es que la nueva ley de Garzón tiene excepciones: los famosos ya no podrán protagonizar un anuncios de apuestas, pero cuando se enfunden el uniforme para salir al campo seguiremos viendo los mismos patrocinadores en sus camisetas.
Además, la restricción horaria para la emisión de estos anuncios tampoco afecta al campo de juego: podrán emitir anuncios a partir de las 20:00 de la tarde cuando haya partido.
"Es perverso estar utilizando el deporte", reprochaba al respecto un participante en la movilización, a la que se han unido residentes de los distritos de Latina y Retiro.
A ellos, las medidas de la Comunidad de Madrid para poner coto a los salones de juego tampoco les parecen suficientes: son más de 400 casas de juego en la región y más de 50 a menos de 100 metros de un centro educativo. "Hay un límite de 100 metros de los colegios que no se está cumpliendo", afirmaba al respecto otro vecino.
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