Hace un año que Purificación Lapeña conoció la sentencia pero a día de hoy aún no ha podido recuperar los restos de su abuelo ni de su tío abuelo: "Se nos dijo que los monjes de la abadía benedictina se negaban en redondo a que nadie entrara allí a inspeccionar nada. No entiendo cómo teniendo una sentencia firme la iglesia puede estar por encima de la ley".

Su abogado, Eduardo Banz, lo tiene claro: "La exhumación en el Valle de los Caídos se está demorando intencionadamente. Esta inacción lo único que pretende es dejar morir al problema de viejo".

La historia de Purificación y su familia, ha llegado al Congreso de la mano de la diputada socialista Isabel Rodríguez: "Esta familia llevó durante 60 años flores a una fosa común. Con la aprobación de la ley de Memoria Histórica descubrieron que bajo esa fosa no estaban los cuerpos de sus familiares. Investigaron y descubrieron que estaban en el Valle de los Caídos. Hace cinco años que saben que están allí pero no tienen donde poner esas flores. Se fueron a la justicia y la justicia les dio la razón".

Pero Patrimonio Nacional continua sin ejecutar la sentencia que le obliga a abrir los columbarios de la cripta. Desde el Gobierno afirman que "Patrimonio Nacional está haciendo todo cuanto está en sus manos". El abogado lo niega: "La inactividad es clara. A la familia Lapeña todavía no se la ha convocado al Valle de los Caídos y que in situ les expliquen donde puede estar el supuesto problema arquitectónico".

Mientras, los restos de Antonio y Manuel siguen enterrados en la planta tres de una de las cuatro criptas que hay en el Valle de los Caídos.