Rosita, una perra callejera que vivía en Río Cuarto, una villa de Córdoba, Argentina, ha sido desollada por un grupo de matones que pelaron su piel y la dejaron en la calle.

Según publica The Sun, el animal era atendido diariamente por los vecinos de la localidad, que le daban de comer y le pusieron un nombre. Uno de ellos la encontró y dio parte a las autoridades de la zona y a los activistas por los derechos de los animales, quienes llevaron a cabo un tratamiento de emergencia.

Veronica Nuesch, veterinaria, explicó que la perra había sido pelada "como una naranja" y que demostró una gran determinación para sobrevivir al abuso que había sufrido: "Es una pequeña guerrera", afirmó.

La veterinaria también ha querido compartir la historia del animal por redes mientras le cuidaba, junto con fotos de la perrita en su proceso de recuperación. "No hay mejor recompensa que un buen lengüetazo", ha contado Nuesch.

El caso de Rosita ha conmocionado a gran número de personas, que se han ofrecido para proporcionar un hogar al animal.

Sin embargo, este no es el único caso. Hace un tiempo, un perro llamado Chocolate murió tres días después de haber sido desollado en la ciudad de San Francisco, en Argentina.