El autor confeso del doble crimen, Ismael R.C., permanece en prisión provisional por haber matado el pasado sábado 21 de enero en Aspa (Lleida) a dos agentes rurales de cuatro disparos efectuados con una escopeta de caza para la que no tenía permiso de uso, ya que tenía caducado desde noviembre la licencia de armas tipo E, de caza menor.

Durante la primera semana de enero el acusado acudió a la Inspección de Armas, dependiente de la Guardia Civil, para renovar el permiso E, para compaginarlo con el que sí tenía vigente, el D, de caza mayor.

Para iniciar este trámite administrativo, el cazador aportó toda la documentación necesaria, como la licencia de caza en vigor, expedida por la Generalitat, una póliza de seguro y el certificado médico, con un informe psicotécnico expedido por un centro oficial homologado por la Generalitat que le acreditaba como apto.

El informe psicotécnico que presentó y que le calificaba como apto estaba elaborado dentro del plazo establecido para este tipo de documentos, que caducan a los tres meses de su expedición.

Pese a que el cazador había sido denunciado en dos ocasiones en los últimos años por infracciones de la ley de caza, tanto por el cuerpo de Agentes Rurales en 2013, como por la Guardia Civil en 2010. Lo más probable es que hubiese obtenido la renovación de la licencia sin mayores problemas porque tenía toda la documentación en regla y ambos incidentes ya habían prescrito.

Al día siguiente de que el cazador matara a los dos agentes rurales y fuera detenido, la Guardia Civil se personó en su domicilio y decomisó el rifle de su propiedad asociado a su permiso de caza mayor, en este caso vigente. Este rifle permanece ahora en el depósito de armas de la Guardia Civil.