Como cada día, Carmen pasea a su perra Wanda por los alrededores de su casa, en el Campello (Alicante). Como cada día, también, juega con ella a la pelota, y cuando esta hace sus necesidades, lo recoge con una bolsa. Después, al llegar a casa, le echa el pienso en su comedero. Y si se acaba, asegura, echa la bolsa al contenedor amarillo: "Reciclamos todo lo que podemos", asegura.

En este breve recorrido, Carmen ha tenido que usar diferentes utensilios o envases relacionados con su perra porque, al igual que en el resto de nuestras actividades, en el mundo de las mascotas existen infinidad de productos que, una vez ya no sirven, hay que tirar en el contenedor adecuado. Además, algunos de ellos están fabricados con material reciclado. ¿Sabes cuáles? Te ayudamos a hacer un consumo responsable también con tus animales de compañía.

Envases de alimentos

Empezamos por lo básico, y es la comida. Cuando se trata de mascotas, esta podemos encontrarla en diversos formatos: bolsa, bote o envoltorio de plástico y lata de aluminio son las más frecuentes. En ese caso, recuerda, al igual que el resto de envases domésticos, van al cubo amarillo, donde los envases de plástico, latas y briks.

Y ese gesto tan sencillo de separar residuos sirve para que luego se puedan fabricar otros objetos a partir de su reciclaje como, por ejemplo, los comederos y bebederos que nuestras propias mascotas utilizan. Eso sí, aunque están hechos a partir de envases de plástico, una vez que ya no sirvan su sitio no es el contenedor amarillo, ya que no son envases: deben llevarse al punto limpio o depositarlo en el contenedor de resto.

Juguetes y accesorios

El entretenimiento de nuestras mascotas es imprescindible para su bienestar, y para ello también necesitamos juguetes y accesorios sobre los que podemos hacer un consumo responsable.

Nunca hay que perder el ojo en buscar cosas que estén fabricadas con material reciclado: es lo que se conoce como la circularidad, que cada vez está más presente en todos los objetos de nuestro entorno.

Y si no, que se lo cuenten a Once, una galga que pasó de ser cazadora a CEO de una empresa que fabrica correas y collares sostenibles. Es la gracieta que cuenta Laura para explicar que su perra ha sido la inspiración para Elevrel, la línea de productos para animales que ha diseñado junto a su pareja.

En Elevrel tienen collares y correas fabricadas a partir de cámaras de neumáticos y con botellas de plástico PET, las típicas de agua o bebidas que depositamos en el contenedor amarillo: "Nos hizo mucha gracia lo de las botellas, es muy visible cómo un perro juega con una botella, y es muy bonito ver cómo algo con lo que juega un perro se puede convertir en un collar". La sostenibilidad es una de las señas de esta marca, cuya producción es local y cuyo objetivo es hacer piezas "muy muy duraderas", lo que también es sostenible, apunta Laura.

Además, insiste, en esta época que vivimos, con los problemas de suministros que hay, "tiene más sentido que nunca ser sostenible y producir local".

Como consumidora, que los objetos sean duraderos es algo que Carmen valora. Por eso, asegura, pretende seguir aprovechando al máximo los accesorios y utensilios que usa para Wanda. No obstante, sí apunta que "si tuviera que comprarlo lo compraría reciclado" porque, opina, "todo lo que se pueda aprovechar es bueno para el planeta".

Otros ejemplos que podemos encontrar son rascadores y castillos para gatos hechos con cartón reciclado, muñecos y mordedores elaborados con botellas de plástico recicladas, o las cuerdas que tanto gustan a los perros, que ya las hay fabricadas con algodón reciclado.

La higiene de nuestras mascotas

Hay una cara menos apetecible del mundo de las mascotas, y es la de gestionar sus desechos. Pero también en esto es fácil optar por la sostenibilidad. Por ejemplo, para las bolsas que usas para recoger las cacas de los perros, es más sostenible si eliges las que están hechas con plástico reciclado, o las que son biodegradables, muy fáciles de encontrar hoy día. Eso sí: hay que echarlas al contenedor de resto una vez hayan cumplido su función.

Lo mismo que las arenas de gatos, junto con sus desechos. Por cierto, para nuestros amigos felinos tienes también areneros hechos a partir de botellas PET que se echan en el contenedor amarillo.

De igual forma, los envases de plástico de champús y otros productos de higiene sí van al contenedor amarillo. Los peines, salvo que se indique de otra manera, no se reciclan, por lo que lo más adecuado es llevarlo al punto limpio.

Estos son algunos ejemplos, pero existen muchos más: la vida, también 'mascotil', puede ser sostenible gracias a que los ciudadanos separan los envases en el hogar, y cada vez es más fácil encontrar opciones para ello.