Sin apenas moverse, en un barco de la Guardia Costera Italiana que acaba de atracar en Malta, los supervivientes presencian cómo bajan uno a uno los 24 cuerpos sin vida. Eran sus compañeros de viaje. Los pocos que se ha podido rescatar del agua. Metidos en bolsas. Así acaba su dramático viaje hacia Europa en un pesquero destartalado. Los supervivientes continúan su trayecto hasta Catania, en Sicilia, donde los esperan.

Allí ya se encuentra el único superviviente que no viaja en este barco. Fue trasladado en helicóptero y su relato a la fiscalía italiana eleva aún más la cifra de personas que viajaban en el pesquero hundido: no habla de 700 sino de 950 ocupantes. Según su testimonio, habría entre 40 y 50 niños y 200 mujeres.

Las operaciones de búsqueda continúan en la zona del naufragio, a 130 kilómetros de las costas libias. Participan 17 barcos, tres helicópteros y un avión. A pesar del despliegue, los resultados han sido escasos, porque desde el domingo, la cifra de rescatados, con o sin vida, no ha cambiado.

Italia ha pasado a la acción contra las mafias que trafican con inmigrantes que ansían llegar a Europa. En las últimas horas se ha detenido a 24 personas de una red que operaba además desde Libia.
Criminales que juegan con las vidas de personas desesperadas.

El goteo de llegadas no cesa. Esta misma madrugada, otro centenar de personas eran rescatadas y trasladadas hasta Sicilia. Un barco cargado de niños. Familias que sólo buscan un lugar donde poder vivir.