Leandro estuvo meses planeando las vacaciones familiares y reservó el hotel a través de un buscador de ofertas por internet. 15 días después recibe un email de la empresa intermediaria: el precio de su alojamiento se había duplicado. "Hay un error y habrá que arreglarlo. ¿Qué voy a pagar el doble de la reserva?", cuenta el afectado.

"Si usted no acepta nuestras condiciones le anulamos la reserva, e incluso me dijeron que si no anulaba la reserva le costaba el puesto a una persona de la empresa de Booking. Encima chantaje emocional", declara Leandro. Al final, gracias a una denuncia consiguió marcharse de vacaciones al precio inicial.

Además de sorpresas con los precios, también podemos encontrarnos otras decepciones, como encontrar un apartahotel que prometía vistas de ensueño al mar o la piscina y encontrarse con un bajo con vistas a ninguna parte. Ante estos contratiempos se recomienda reclamar.

"De una manera fehaciente que quede constancia de nuestra reclamación, del envío y de la recepción y exigir que la oferta que nos han realizado, se cumpla. Toda oferta que se nos realice va a ser siempre vinculante, incluso cuando no se realiza por escrito", aconseja Miguel Ángel Rodríguez, portavoz de Facua.

Pese a las recomendaciones de las organizaciones de consumidores las cifras hablan por si solas. Solo un 5% de los usuarios españoles alzan la voz para combatir las malas prácticas de algunas compañías. Lean siempre la letra pequeña de cualquier contrato para evitar que le amarguen las vacaciones.