Los terroristas tenían un objetivo muy claro, y así se lo confesó Mohamed Houli de viva voz al juez: "Nos dijeron concretamente que lo que querían hacer era derrumbar la sagrada familia". El yihadista que sobrevivó a la explosión en la casa de Alcanar relató durante su interrogatorio cómo dos meses antes de los atentados el imán comenzó a hablarles del martirio.

"Nosotros pensamos que solo eran habladurías. Porque la Sagrada Familia... ¿quién la va a poder derrumbar? Y menos unos chicos normales", insiste, según se oye en los audios, Houli. Estos "chicos normales" formaban parte de un grupo que quería cometer varias masacres en Cataluña con ayuda de otra célula francesa.

"Decían: 'Cuando cojamos lo que tiene el imán en la montaña, más el otro grupo del otro imán, que bajará de Francia y pasará por Andorra a comprar las armas y atentarán en Lloret de Mar", añade Houli. Pero asegura que él quería echarse atrás y el resto lo notó: "Ellos dormían en el salón, pero yo fuera. Yo no podía dormir al lado de ellos porque tenía miedo de que me mataran".

La explosión de la casa truncó los planes, y fue una furgoneta a nombre de Driss Oukabir la que sirvió para matar. "A mí me pidieron un favor, que necesitaban alquilar una furgoneta para coger unos muebles y amueblar una casa"", explica el terrorista, según se puede oir en las grabaciones.

Y que, cuando se enteró de lo ocurrido, sintió pánico. "No sabía qué hacer, si suicidarme, escaparme o esconderme. La mejor idea que tuve, digo: me entrego porque yo no he matado a nadie, no he hecho nada", explica Oukabir.

Ambos se desmarcan de los atentados, pero Mohamed va más allá y le hace un ruego al juez: "Les pido por favor que si me van a meter en la cárcel, que me metan con personas normales". Y antes de terminar el interrogatorio, el juez le pregunta: "Mohammed ¿sabe que han muerto todos sus amigos?". Por respuesta, nada más que silencio.