La casa donde las flores y las velas recuerdan a Marina y Laura es el lugar donde los investigadores sospechan que Sergio Morate podría haber cometido el doble crimen. En el interior del inmueble se ha encontrado restos biológicos de las víctimas a las que golpeó y asfixió con bridas de plástico hasta la muerte.

El principal sospechoso no había previsto que nadie acompañara a su exnovia a recoger las pertenencias que aún quedaban en su vivienda. La casualidad quiso que fuera Laura y no otra amiga que no pudo la que ayudara a la ucraniana.

Los investigadores creen que el crimen de su exnovia estaba planeado pero no el de Laura, por lo que a última hora el presunto asesino tuvo que improvisar. Metió los cuerpos ya sin vida en su coche y los trasladó hasta las pozas del nacimiento del Río Huecar donde se sospecha que el detenido tenía preparada una fosa únicamente para Marina.

Con la cal comprada unos días antes del homicidio, intentó tapar ambos cadáveres pero el tamaño y las prisas por huir dejaron los cuerpos sin ocultar del todo.

Según las diligencias del caso, Morate habría estado informándose sobre los países con los que España no tiene convenios de extradición pero finalmente, ha acabado recorriendo 2.800 kilómetros hasta Rumanía donde tiene contactos. Con las jóvenes enterradas hace tan solo unas horas, Cuenca espera que se haga justicia con sus vecinas.