Viajes
La razón detrás de la prohibición de llevar (muchos) líquidos en el avión
El contexto El equipaje de cabina que se puede llevar en un avión es un tema polémico a día de hoy, porque varias aerolíneas cobran un suplemento por llevarlo. ¿Pero qué se puede y qué no se puede llevar en la maleta?

La seguridad aérea es un tema que afecta a todos los viajeros. Y si hablamos de viajero españoles, esto supone mucha gente: España es el tercer país de la Unión Europea que más viaja en avión, por detrás de Croacia y Bulgaria.
Y es cuando hablamos de seguridad cuando hay que mencionar la muy odiada política de equipaje de mano que se sube a la cabina del avión. No tanto la cuestión de los tamaños de las maletas o de si se puede o no cobrar al pasajero por el equipaje de cabina, sino la de lo que se puede o no llevar dentro de la maleta que sube con nosotros al avión.
¿100 ml sólo? ¡Quién no se ha preguntado alguna vez por qué no se pueden llevar líquidos en el avión! La restricción de líquidos en el equipaje de mano es una de las prohibiciones más conocidas y debatidas. Pero esta normativa tiene una historia y un propósito concreto.
¿Por qué no se pueden llevar líquidos en el avión?
El objetivo de la restricción de líquidos a bordo por seguridad tiene que ver con la imposibilidad de los sistemas de control actuales, los rayos X, para detectar líquidos explosivos. La medida se implementó después de que, en agosto 2006, las autoridades de Reino Unido lograran frustrar un plan para camuflar bombas líquidas en su equipaje de mano haciéndolas pasar por productos cotidianos. Los terroristas pretendían destruir varios vuelos transatlánticos.
Este intento de atentado puso de manifiesto una vulnerabilidad crítica en los sistemas de seguridad aeroportuaria. Los métodos tradicionales de detección no estaban preparados para identificar explosivos en estado líquido. Los explosivos líquidos, como la nitroglicerina, el peróxido de acetona líquido, el peróxido de hidrógeno concentrado o el nitrometano, pueden detonar o quemarse rápidamente cuando se exponen a un detonante o ciertas condiciones.
Como respuesta a esta amenaza, los reguladores de aviación de numerosos países implementaron límites sobre los líquidos, aerosoles y geles en el equipaje de mano, permitiendo solo pequeñas cantidades almacenadas en envases transparentes.
El peligro de los explosivos líquidos
Los explosivos líquidos son un riesgo importante para la seguridad aérea por varias razones. En primer lugar, estos explosivos pueden crearse a partir de sustancias aparentemente inofensivas y de fácil acceso. Ciertos productos químicos comunes, cuando se combinan en determinadas proporciones, pueden generar compuestos altamente explosivos.
Algunos de estos líquidos pueden ser incoloros e inodoros, lo que los hace prácticamente indistinguibles de otros inocuos como el agua o el alcohol. Además, ciertos explosivos líquidos pueden ser estables por separado y solo volverse peligrosos cuando se mezclan, lo que complica aún más su detección.
Otro factor que hace que los explosivos líquidos sean preocupantes es su potencial para ser activados durante el vuelo. Los terroristas podrían, en teoría, transportar los componentes por separado y mezclarlos una vez a bordo, creando un explosivo potente en pleno vuelo. Los escáneres tradicionales están diseñados principalmente para detectar objetos sólidos como armas o cuchillos, no estaban equipados para identificar con precisión la naturaleza peligrosa de los líquidos.
La regla 3-1-1: qué significa y cómo aplicarla
Para estandarizar las restricciones de líquidos y su aplicación en los aeropuertos de todo el mundo, las autoridades de aviación establecieron la regla 3-1-1:
- 3: representa 3,4 onzas o 100 mililitros, que es el volumen máximo permitido para cada envase individual de líquido, gel o aerosol que se lleve en el equipaje de mano.
- 1: representa la bolsa de plástico transparente y resellable de un litro de capacidad (aproximadamente 20 x 20 cm) en la que deben colocarse todos los envases de líquidos.
- 1: hace referencia a que sólo se permite una bolsa de este tipo por pasajero.
Esta regla se aplica a una amplia gama de productos más allá de lo que a primera instancia nos viene a la cabeza como "líquidos". La regla 3-1-1 incluye:
- Bebidas (agua, refrescos, zumos)
- Cosméticos y artículos de aseo (champú, gel de ducha, cremas, pasta de dientes)
- Sprays y aerosoles como lacas o desodorantes
- Geles (incluidos geles para el cabello y de ducha)
- Lociones y aceites
- Perfumes
- Alimentos en estado líquido o semilíquido (mermeladas, salsas, yogures, mantequilla, etc.)
Hay algunas excepciones a esta regla para ciertos líquidos esenciales:
- Medicamentos líquidos necesarios durante el vuelo (acompañados de su receta)
- Alimentos infantiles, incluida la leche materna
- Líquidos necesarios por razones médicas
Por qué se pueden llevar dos botellas de 100 ml, pero no una de 200ml
La limitación a los líquidos en los aviones actúa como un elemento disuasorio. Al hacer más difícil la ejecución de planes que involucren explosivos líquidos, se reduce la probabilidad de que se intenten estos ataques. Las restricciones actuales que sólo permiten cantidades de hasta 100ml en un solo envase permiten un flujo más rápido de pasajeros a través de los controles de seguridad.
Ante la pregunta de por qué se pueden llevar dos botellas de 100 ml, pero no una de 200 ml, la respuesta es: por seguridad y operatividad. Hay que tener en cuenta que los envases pequeños son más difíciles de usar para fabricar explosivos líquidos y más fáciles de inspeccionar en los controles. Escanear una botella más grande como la de 200 ml puede requerir un análisis más detallado o incluso inspección manual.
Además, dividir líquidos en envases pequeños complica la logística de un posible ataque. Llevar múltiples envases pequeños obliga a quien intente algo ilícito a hacerlo más lentamente y en un espacio reducido, aumentando la posibilidad de ser detectado. Está claro que esta medida no es infalible, pero complicar la logística de ejecutar un ataque reduce la probabilidad de que alguien lo intente.
El breve amago de levantar las restricciones
En febrero de 2023, algunos aeropuertos de la Unión Europea, incluidos el Adolfo Suárez Madrid-Barajas y Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, implementaron escáneres avanzados C3 en sus controles de seguridad.
Esta tecnología permitía a los pasajeros llevar líquidos en envases de más de 100 ml en su equipaje de mano sin necesidad de extraerlos durante la inspección, facilitando así el proceso de control y mejorando la experiencia del viajero.
Sin embargo, a partir del 1 de septiembre de 2024, la Comisión Europea decidió reinstaurar las restricciones tradicionales al entender que los escáneres C3 no cumplían plenamente con los estándares de seguridad requeridos. Por lo tanto, se consideró necesario volver a las restricciones anteriores para garantizar la seguridad en el transporte aéreo.