Hay una razón científica que explica que siempre son las mismas personas las que llegan tarde. Un estudio de la Universidad de Washington determina que el problema de los tardones "es su mecanismo de gestión de tiempos: para ellos, pasa a otra velocidad". Esta es la explicación.

Todos tenemos un amigo que siempre llega tarde. Y si no lo tiene, es que es usted. Un estudio de Washington atribuye la impuntualidad a distorsiones en el tiempo interno de una persona. "Si una persona tiene un tiempo interno muy rápido tiende a sobreestimar el tiempo y si es lento lo tiende a subestimar", explica la psicóloga Consuelo Tomás.

El cerebro va equivocando sus cálculos y se les acumulan los procesos. Por ejemplo para llegar a un punto a una hora, hay que calcular la duración del trayecto, si habría sitio o no para aparcar, la distancia hasta el parking y otros factores que bien estimados nos hará ser puntuales.