No le gustaban ni los bancos de los parques ni los asientos de los autobuses. “¿Usted se imagina a su exmarido sentado en un parque lleno de polvo?", le han preguntado a Ruth Ortiz durante el juicio a Bretón. “No, porque ya le digo que no se sentaba ni en los asientos de los autobuses , que no suelen tener polvo” ha contestado Ortiz, quién ha explicado cómo Bretón si se veía obligado a sentarse en un lugar público ponía papeles sobre el asiento.
Según Ruth Ortiz, Bretón tocaba casi todo con reparo. “Tampoco le gustaba tocar, si no tenía un papel en la mano para la puerta de un ascensor o un pomo de una puerta, se lavaba mucho las manos. Exigía que la gente que entrara en casa se lavara las manos y también si tocaban a los niños que antes se lavaran las manos”, ha asegurado.Y, además, ponía todas las medidas para no ensuciar el coche como llenar el maletero de papeles por si metían maletas para que no ensuciasen y prohibía poner cosas en los asientos, sobre todo si eran cosas que habían estado en contacto con el suelo.
Para Bretón son simples hábitos de limpieza. “Fui porque dicen que tengo manías y la que tengo es lavarme las manos antes de comer, que es un buen hábito de limpieza, como me dijo el psicólogo”, ha declarado Bretón.
Pero los expertos lo califican como “comportamiento obsesivo”. “Ellos asumen la dirección continua de todo lo que hay a su alrededor. Si no se produce este tipo de reacción, este tipo de obediencia, el sujeto entra en shock”, afirma Ángel Ponce de León, psiquiatra criminólogo.Tampoco soportaba los ruidos al comer y se ponía tapones cuando comía con alguien.
Los psiquiatras dicen que este tipo de comportamiento suele estar ligado con personas, inmaduras, insatisfechas, envidiosas e incluso agresivas si los planes no les salen como quieren.