En una piscina de Pontevedra han pasado de tener cuatro vasos abiertos a solo uno, pues la factura de la luz no les permite más. De un año a otro ha pasado de los 15 mil euros al mes a los 30 mil. "Les hemos trasladado a los clubes que o bien ellos colaboran o tenemos que dejar de prestar ese servicio", confiesa Héctor Vilariño, presidente de la Fundación Complexo Deportivo Rías Do Sur.

Hasta hace meses, allí entrenaban deportistas olímpicos, pero ahora tienen que hacerlo en una piscina de 25 metros. La situación para estos establecimientos es muy crítica, asegura Chus Refojo, entrenadora del Club Galaico Sincro. "Estamos destinados a desaparecer", añade. A pesar de haber despedido a 23 empleados, la fundación cerrará el 1 de diciembre si nada lo remedia, pues no puede afrontar los gastos.

Mientras tanto, el Club de natación San Andreu de Barcelona lleva recaudando fondos desde junio para poder hacer frente a las subidas: 360 mil euros de más anuales en la factura del gas y 250 mil euros añadidos en la de la de luz. Su presidente, Ángel Bernet, señala que, en total, han tenido que hacer frente a una subida de 400 mil euros.

Mantener la temperatura de una piscina de 20 metros costaba entre 5000 y 8000 euros al mes, ahora las cifras se sitúan entre 35 mil y 40 mil euros. Por ello, en la piscina municipal de la Petxina (Valencia) han optado por bajar medio grado la temperatura del agua. Vicente Salvador, responsable de las instalaciones del complejo, asegura que esto repercute en la factura del agua. Y los usuarios lo han notado. "La edad que tenemos no es para estar nadando con agua fría", se queja uno de ellos.

Otra prueba más de que el aumento del precio del gas y de la luz está poniendo a otro sector más en jaque, el de las piscinas climatizadas.