El nuevo papa de Roma
El simbolismo de León XIV, el nombre elegido por Prevost para ser el nuevo papa
Los detalles ¿Por qué ha elegido el nombre de León XIV? Nombrado por el papa Francisco, este norteamericano de 69 años elige un nombre 'santo' con poder que no ha sido elegido en más de un siglo.

El papa Francisco le colocó entre los aspirantes a sustituirle, las encuestas le han situado entre los favoritos y este jueves 8 de mayo Robert Francis Prevost, cardenal estadounidense, se ha convertido en el nuevo papa eligiendo como nombre para la historia León XVI.
Misionero con larga experiencia en Perú, que terminó por concederle la nacionalidad peruana en 2015 debido a sus años de servicio en el país andino. Tras escuchar el esperado "¡Habemus Papam!" en boca del protodiácono Dominique Mamberti, Prevost hablaba a la multitud que esperaba impaciente en la plaza de San Pedro, ya convertido en el papa León XIV.
Su nombre no lo ha escogido de manera aleatoria ni atiende únicamente a gustos personales. Guarda toda una simbología y, para los seguidores del mundo vaticano, una firme declaración de intenciones.
¿Por qué los papas se cambian el nombre?
Desde que el papa Juan II, allá por los años 500, decidiera cambiar su nombre 'pagano' por uno más acorde a su papel, los siguientes pontífices decidieron seguir con la costumbre y crearon una tradición que hoy se encuentra entre las más simbólicas de cada nuevo papa.
Desde entonces hemos visto Benedictos, Juanes, Pablos, Píos... Infinidad de nombres que suelen repetirse para rendir homenaje a sus antecesores y marcar la línea al frente de la Santa Sede.
El papel político de León XIII
Gioacchino Pecci, quien fue pontífice hasta 1903, pasó a la historia como León XIII y se abrió al mundo moderno a través de encíclicas como Rerum Novarum (1891).
Conocido como el papa de los obreros, fue el primero en hablar de justicia social y derechos de los trabajadores. Pidió salarios más altos y abrió las puertas de la Iglesia a la modernidad del momento. Fue el primer papa que tomó en serio, precisamente, al catolicismo estadounidense.
Reforzó los lazos entre la Iglesia católica y Estados Unidos, y lo hizo en un momento en que los católicos eran una clara minoria en una sociedad protestante, apoyando la creación de escuelas y universidades católicas en el país. Fue el primer papa en más de 1.500 años que no ejerció una autoridad marcada, mucho menos extrema.
En resumen, supo equilibrar la afirmación de la identidad católica con el reconocimiento de una nueva forma de vivir la fe en una sociedad plural y democrática.
León I, el papa de la valentía política
El papa León I, por su parte se caracterizó por su valentía política, valor especialmente importante en la actualidad, con un Donald Trump desatado que incluso bromeó con la idea de ser papa y que no parece muy afín a las ideas de Prevost.
León I fue un férreo defensor de la primacía de la sede romana, consolidó el poder del papado como autoridad suprema dentro del cristianismo y dicen de él que dejó una huella imborrable en la estructura jerárquica de la Iglesia. Su influencia continúa siendo un referente para todos sus sucesores.
Aunque todavía no sabemos qué motivos han llevado a Robert Francis Prevost a elegir León como nombre de papa, parece que sus orígenes americanos podrían indicar que se trata de un claro homenaje a su antecesor. Elegir el nombre León XIV no es un gesto cualquiera, es mirar hacia atrás para aplicarlo en el futuro.