Impasible, con los ojos cerrados y el gesto ausente escucha Juan Carlos Aguilar, el falso monje Shaolin, el veredicto que le considera culpable de la muerte de dos mujeres. Sólo parece despertar del estado meditativo cuando oye 'sin ensañamiento.

El jurado considera que hubo alevosía pero no ensañamiento con la segunda de sus víctimas, lo que rebajará, irremediablemente, su condena. Una decepción para las acusaciones. Su actitud fría ha sido una constante durante todo el juicio.  Incluso el primer día cuando ya admitió, sin alterarse, que había matado a las dos mujeres.

Aguilar reconocía sin remordimientos  sus dos crímenes: el de una mujer colombiana a la que descuartizó en el interior de su gimnasio. La policía encontró hasta 7 bolsas con restos humanos respiro juicio. Y el de otra mujer nigeriana a la que estranguló con cuerdas y bridas y que falleció días después en el hospital.  Además, la policía encontró fotografías y videos de otras mujeres a las que el falso monje habría drogado para después abusar de ellas.