La Fiscalía de Sevilla pide una sanción de 3.240 euros para un hombre que dejó morir a sus perros en la azotea de casa. Según recoge 'Diario de Sevilla', los animales murieron de hambre y sed después de que el acusado no dejara a nadie al cuidado de los dos perros.

El hombre, según el escrito de la Fiscalía, se fue a vivir a Asturias. En su domicilio quedó su madre de 82 años, impedida por sufrir una grave enfermedad. El hombre se ausentó al menos una semana y "se desentendió absolutamente de los animales".

Una vecina fue quién se percató de la muerte de los animales a consecuencia de un fuerte olor y llamó a los agentes, que encontraron los cadáveres de los perros en avanzado estado de descomposición.

Según el medio sevillano, la puerta de la azotea estaba cerrada bajo llave y sin posibilidad de acceso.