Parte de las áreas de la Amazonia que se han quemado este verano ya habían sido explotadas de manera ilegal en 2016 y 2017. Así lo revela una investigación periodística que señala que los fuegos habrían sido intencionados.

En la primera quincena de septiembre, Brasil ha registrado más de 12.000 incendios en la selva amazónica.

Bolsonaro ha afirmado que Brasil, que enfrenta un fuerte déficit presupuestario tras varios años de recesión, no tiene los recursos suficientes para vigilar el gran territorio del Amazonas.

"Los que están destruyendo el Amazonas son las grandes haciendas, y son esos grandes agricultores los que votaron a Bolsonaro y lo hicieron presidente. Ahora, creen que pueden deforestar, quemar y destrozar todo", ha apuntado Vinicius da Silva, de 37 años, líder de una sociedad de conservación ambiental en una reserva local.