70 países criminalizan y persiguen a las personas LGTBI y 11 de ellos contemplan la pena de muerte. España es uno de los pocos que reconocen expresamente la persecución por orientación sexual o identidad de género como motivo para solicitar asilo.

Venezolanos, marroquíes o rusos son las personas que más lo solicitan. Majandra escapó de Perú cansada de escuchar durante años amenazas: "Te van a matar por maricón". Se sintió acorralada por ser una mujer trans y, desde entonces, España ha sido su refugio.

"Empecé a sufrir agresiones en las calles, en Perú normalizan el tema de la violencia", cuenta. Una noche hizo la maleta, no toleró más amenazas y comenzó una nueva vida en Barcelona. "Sales de tus raíces y de tu vida", concluye.

Daniela tiene 19 años y es transexual. En su país, Guatemala, le prometieron un trabajo en una tienda, pero no fue así. "No era una tienda como me había pintado, era un prostíbulo", dice la afectada, que añade: "Me dijeron que ahí iba a hacer mi nuevo hogar. A veces me golpeaban y había noches que me metían hasta con 20 hombres".

México fue el sitio en el que le dieron todo el apoyo para llegar después a Canadá. "Me sentí más querida que nunca en otro país que en el mío propio", comenta. Anderson también abandonó Guatemala porque no podía expresarse libremente como un chico gay. "No podía ser el que yo quería ser, no podía andar con alguien de la mano", cuenta a laSexta.

Hay 69 países que penalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. La pena de muerte existe en Irán, Arabia Saudita, Sudán, Nigeria, Somalia y Yemen; pero, pese a todo, la esperanza de tener una sociedad más justa no se pierde. "Si me preguntas si querría volver a mi país, te diría que sí", dice Majanda. Porque el coraje que la impulsó a irse, como a tantos, es el mismo que algún día los hará regresar a su tierra.