La pequeña Molly ha llegado al mundo batiendo récords. Nacida a finales de octubre en Tennessee, Estados Unidos, la pequeña es el bebé concebido del embrión congelado que más tiempo ha estado criopreservado.

Fue concebido hace 27 años; solo 18 meses más tarde que su madre Tina. Ella y su marido Benjamin no se lo podían creer y aseguran que estaban emocionados por tener un bebé, por lo que el hecho de cuánto tiempo hubiera estado congelado antes no les importaba.

Esta era la segunda vez que acudían a este centro de donación de embriones y la primera también batieron otro récord. Su hija mayor, Emma, había sido hasta entonces el embrión que más tiempo había estado congelado: 24 años.

Vinzenzo Pavone, investigador del CSIC experto en reproducción asistida, explica que se ha visto que es posible congelar un embrión por 20 o 25 años, pero reconoce que "no sabemos cuánto pueden estar almacenados sin ningún tipo de consecuencia para el embrión".

Esta es una técnica de reproducción que consiste en criopreservar el embrión vitrificado a menos 190 grados centígrados. Una técnica con la que Tina, que no podía tener hijos, ha traído al mundo a dos bebés. La familia se refiere a ellos como los bebés "milagro".