La Consejería de Educación de Murcia, a través de la Dirección General de Recursos Humanos, Planificación Educativa e Innovación, ha emitido las instrucciones que regulan la prohibición del uso de los teléfonos móviles y otros dispositivos electrónicos en los centros educativos de la Región a partir de este lunes, 8 de enero.

El texto señala que el uso de los teléfonos móviles no estará permitido a los alumnos durante la jornada escolar, entendida como el espacio de tiempo que incluye el horario lectivo, tiempo de recreo y los periodos dedicados al desarrollo de las actividades complementarias y extraescolares, salvo que esté expresamente previsto en el proyecto educativo del centro con fines didácticos. Se entenderá también como uso el hecho de mantener operativos dichos dispositivos. Asimismo, en las normas de convivencia, los centros podrán limitar su uso en otros periodos, actividades y espacios de su competencia.

Las instrucciones apuntan que se permitirá el uso de estos dispositivos a los alumnos que lo requieran por razones de necesidad y excepcionalidad, conforme a lo dispuesto en la normativa de convivencia del centro. La utilización del dispositivo móvil en las aulas ya es una falta que está tipificada como leve, grave o muy grave, y recogida en el Decreto 16/2016, de 9 de marzo, que establece las normas de convivencia en los centros docentes no universitarios sostenidos con fondos públicos de la Comunidad Autónoma. En este documento se establecen las sanciones leves, graves o muy graves en función del uso indebido que se haga del móvil, y van desde una amonestación hasta la posible expulsión de centro.

Galicia se une con un protocolo

Asimismo, entra también en vigor este lunes la orden que publicó el pasado viernes la Consellería de Cultura, Educación, FP e Universidades de Galicia que incluía el nuevo protocolo para el uso de los móviles en los centros escolares sostenidos con fondos públicos. Este texto, tiene un "carácter básico", es decir, que cada centro podrá adaptarlo a su realidad a través de sus planes de convivencia y establecer sus propias restricciones y excepciones.

El principal punto de este protocolo, que viene a actualizar la normativa en vigor desde 2015, establece la prohibición de los móviles y otros dispositivos electrónicos como mecanismo de comunicación en la "totalidad de la jornada escolar". Esto incluye los "períodos no lectivos": entradas y salidas, recreos, comedores y actividades complementarias y extraescolares. Eso sí, los centros podrán "establecer excepcionalmente normas para la correcta utilización" de estas tecnologías como "herramienta pedagógica" y siempre "supervisada por el profesorado".

Además, los alumnos podrán usar el móvil de modo "proporcionado y razonable" en situaciones de necesidad "médicas o de otra índole", siempre cuando esté justificado por las circunstancias y sea autorizado por la dirección o, de no ser posible, por el profesorado. El último punto establece el matiz de que el protocolo podrá no aplicarse en enseñanzas de Formación Profesional de grado superior, de regímenes especiales --como escuelas oficiales de idiomas-- y de adultos.

Esto es el grueso del contenido del protocolo que tiene una extensión de cuatro páginas y media y que figura como anexo de una orden. En su exposición de motivos, enmarca las medidas en la "mejora continua de la convivencia escolar", una línea "prioritaria" para la Consellería de Educación. En este contexto, la Xunta no obvia el proceso de transformación digital de las escuelas y que el uso del móvil forma parte "del día a día", también de los menores.

A tal efecto, el nuevo protocolo, que fue trasladado en semanas pasadas a directores, asociaciones de padres y otros agentes implicados --con opiniones algo divergentes-, busca definir lo que son las "buenas prácticas educativas" en el empleo de la tecnología. Además, el texto tiene en cuenta que, en base a la normativa anterior, del año 2015, había "numerosos centros" que ya tenían en sus normas de convivencia sus propias restricciones que se sumaban a las establecías por la Consellería con resultados "valorados como positivos por toda la comunidad educativa".