Un grupo de mujeres que pedían ayuda en abril para protegerse del coronavirus podrían haber sido víctimas también de extirpaciones forzosas de su útero. La denuncia la ha puesto una enfermera del centro de detención: "Me preguntaban: '¿Por qué me han tenido que hacer una histerectomía?' Y yo no tenía una respuesta".

Las víctimas de las operaciones serían mujeres latinoamericanas. Algunas tenían problemas ginecológicos, pero que no siempre habría sido necesaria una intervención tan radical. Además, ellas nunca habrían llegado a entender y aceptar las consecuencias: se quedarían estériles.

Una que ha hablado es la cubana Mileidy Cardentey. Fue al doctor por problemas en un ovario. Al preguntar qué le iban a hacer, solo le dijeron que, cuando se despertase de la anestesia, todo habría terminado. Las protestas frente a oficinas del servicio de inmigración no se han hecho esperar. Habría al menos 17 casos según las organizaciones de derechos humanos denunciantes.

Todas fueron atendidas por el mismo ginecólogo, ya bautizado como el 'Doctor Útero'. El revuelo causado ha evitado además que se deporte a Pauline, una de las mujeres afectadas. Su detención duraba tres años y su caso fue resuelto en cosa de días tras conocerse la noticia.

"La necesitamos para la investigación y me preocupa que, de golpe, se la deporte", ha señalado la congresista demócrata Pramilla Jayapal. Los denunciantes comparan los centros con campos de concentración y dicen que esto podría ser una manera de intentar controlar la inmigración. Sin embargo, la autoridad migratoria estadounidense y el propio ginecólogo acusado niegan las acusaciones