Yolanda, una palentina, compró una bolsa de chuches para su hijo en un supermercado Aldi. Pero no era una bolsa cualquiera, pues en su interior encontró un mensaje. El de un preso de la cárcel belga de Andenne (sur de Bélgica), según recoge el diario vallisoletano El Norte de Castilla.
En el texto pedía auxilio y lo hacía aportando información. "Somos 3.000 detenidos los que queremos ser repatriados", señalaba el autor de esas letras, escritas en francés y a ordenador, según recoge el diario El Mundo. A pesar de que el documento no contenía el nombre del preso, sí que incorporaba su firma.
"Me permito escribirle porque tengo un procedimiento abierto con un tribunal por octava vez", explicaba el preso en el texto en el que pedía al receptor que publicase la carta en redes sociales. Además, exponía la gravedad del asunto asegurando que los extranjeros de las prisiones belgas estaban expuestos a una "discriminación muy fuerte". "Especialmente en Andenne", puntualizaba.
El mensaje de la bolsa de golosinas ha llegado hasta la empresa Candy Pack Belgium, encargada de empaquetar los caramelos vendidos. "Jamás ha ocurrido nada igual", explicó a Efe Caroline Simonis, responsable de prensa de esa firma. Al mismo tiempo, aseguró que tampoco tienen constancia de que haya otras cartas del mismo tipo.
La empresa que envasa estos dulces es Candy Pack Belgium, una firma mayorista de confitería. Muchos emprendedores externos ofrecen trabajo en Bélgica a los recluidos en Andenne en los talleres de producción que tiene la propia prisión.
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