El cetáceo fue rescatado tras ser avistado flotando inerte e incapaz de nadar en el canal de Songhkla pero acabó expirando días después por la obstrucción intestinal.

Antes de morir expulsó por la boca cinco bolsas de plástico entre espasmos.

Según informó el departamento de Recursos Costeros y Marinos en su página web, la autopsia reveló que tenía alojadas en el estómago 80 bolsas de plástico, con un peso de ocho kilos.

Greenpeace ha denunciado que ocho millones de toneladas de basura van a parar todos años a los océanos.

En el vertido figuran billones de bolsas o fragmentos de plástico que causan también con periodicidad anual la muerte de miles de ejemplares de fauna marina.