Vuelve el frío y toca calentarse, pero hay que tener cuidado con algunos aparatos de calefacción, como cocinas de leña, carbón, estufas de gas o braseros.

"Nosotros recomendamos que se haga una revisión de todos estos aparatos, pues generan CO (monóxido de carbono) que puede provocar la muerte de los que están en la vivienda", explica Aitor Soler, oficial de Bomberos de Madrid.

Por eso, no hay que situar nunca calentadores de gas en habitaciones poco ventiladas y, en caso de usar chimeneas, se debe vigilar que nada las obstruya.

"Fijarse especialmente en la llama que hay, que debería ser una llama azulada que no parpadee, que esté continua. Eso da una garantía de que no se está produciendo una mala combustión", señala Soler.

Calentarse con braseros es una de las opciones más peligrosas, según los expertos. "Se dejan encendidos y, por el mero contacto con la tela, por ejemplo, de la mesa, se generan incendios", apunta Aitor Soler.

La presencia de CO en el aire resulta tóxica y, al no tener olor, es difícil de detectar. Antes de darse somnolencia, provoca dolores de cabeza, y puede, finalmente, causar la muerte.