Torres de alta tensión por los suelos, ríos desbordados y postes partidos de cuajo, es la imagen que en febrero dejó el temporal en Galicia. Además les quitó la luz a más de 500.000 gallegos durante casi una semana.
Las incubadoras de huevos de Rafael dejaron de funcionar, perdió más de 2.500 euros. "A todos esos huevos que había se les murió el embrión por no tener la temperatura adecuada", comenta Rafael Carbajal, afectado del temporal. En su casa, nada funcionó durante seis oscuros días, estuvo con velas pero ahora Fenosa no quiere pagarle ni las velas.
Ahora está en perfecto estado pero en febrero una torre de alta tensión de Silleda en Pontevedra estaba destrozada y partida en dos por efecto del temporal. Hay más de 500 denunciantes esperando una indemnización pero las distribuidoras tienen excusa para no pagar porque el Gobierno ha calificado el temporal de atípico.
"Puede permitir a las empresas eléctricas argumentar la concurrencia de un circunstancia de fuerza mayor", afirma Miguel López, secretario general de Unión de Consumidores de Galicia. Así que le tocaría pagar al Consorcio de Compensación de Seguros, pero solo a aquellos que dispongan de un seguro del hogar.
El problema, el 36% de las viviendas gallegas no lo tienen. "La mayor parte de esa falta de suministros se debieron a la caída de árboles, de ramas, precisamente de algo que evidencia un deficiente mantenimiento de las infraestructuras. Para los consumidores el temporal fue típico de Galicia y demostró que las eléctricas no cuidan las líneas.
Otro gasto más
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