El actor Luis Lorenzo y su mujer gastaron de forma sospechosa, según la Guardia Civil, casi 23.000 euros de la cuenta de la tía Isabel en los meses que vivió con ellos previos al fallecimiento, de los que 8.800 euros se transfirieron de la cuenta de la anciana a la de los ahora investigados por su muerte el mismo día del óbito, y 1.800 al día siguiente.

Así se refleja en el atestado instruido por la Guardia Civil que figura en el sumario de la causa que se sigue en el Juzgado de Instrucción número 9 de Arganda del Rey contra Luis Lorenzo y Arancha Suárez Palomino como posibles autores de la muerte de la tía de ella, María Isabel Suárez, el 28 de junio de 2021 en la vivienda que la pareja tiene en Rivas-Vaciamadrid.

La anciana, de 85 años, vivía en la localidad asturiana de Grado y su sobrina Arancha decidió traerla a Madrid en marzo de 2021, una decisión que no compartían algunos familiares asturianos.

El informe de la Guardia Civil detalla que el 11 de marzo de 2021 la cuenta de la fallecida contaba con 60.884 euros, y desde ese momento y durante los meses que estuvo con su sobrina y el marido de esta fueron gastados un total de 42.153 euros, sobre todo en transferencias destinadas a la pareja. También hay pagos por gastos y cuidados asistenciales.

El día de la muerte se transfirieron 8.800 euros de la cuenta de la anciana a la de los ahora investigados, y 1.800 al día siguiente. La Guardia Civil considera que el total de salida de capital "sospechoso" asciende a 22.952 euros, ya que "se hallan transferencias durante el tiempo que María Isabel estuvo al cargo de Arancha y Luis, las cuales suponen una salida de capital sospechosa desde la cuenta de María Isabel en favor de lo que parecen estas dos últimas personas (...) y diversos pagos de importante cantidad justificados como gastos asistenciales que pudiesen superar ampliamente lo que se considera como prudente para el gasto asistencial de una persona".

También figura en el informe policial un cambio de testamento de la fallecida el día 7 de mayo de 2021, en el que consta que Arancha heredaría las cantidades de las cuentas bancarias de su tía, así como la vivienda en la localidad asturiana de Grado, mientras que los hermanos de la fallecida recibirían el resto de sus bienes.

Casi veinte días después, el 21 de mayo, se firmó un apoderamiento en favor de la investigada para que, "en relación única y exclusivamente con los cuidados asistenciales y relacionados con la salud de su tía", que presentaba un estado de demencia avanzado, pudiese gestionar sus cuentas bancarias y firmar documentos en su nombre.