Esposado, el joven senegalés empezó a gritar, quejándose de que tenía problemas de salud, por eso, aseguran los pasajeros, comenzaron a levantarse y a ver qué pasaba. "Cualquier persona con un mínimo de humanidad, lo menos que hace es levantarse para ver lo que está pasando, esto es lo que hicieron decenas de personas, nosotras solo somos 11 de ellas", afirma Mikel Basarter, expulsado del vuelo.

Los 11 afectados, expulsados del vuelo, aseguran que ellos fueron escogidos aleatoriamente. "Había personas que participaron en los debates rechazando la deportación que no fueron expulsadas y personas que no dijeron absolutamente nada que están entre nosotras. No nos conocíamos entre nosotras y no organizamos ningún motín en el avión", dice Mikel.

Los que se quedaron en tierra han explicado que impedir la deportación era un tema de humanidad. "¿Qué está pasando? Es algo que apela la humanidad, está alguien sufriendo", comenta Nuria Costa, otra de las expulsadas.

"Y las personas que escuchamos aquellos gritos y miramos los ojos de ese chico vimos claramente que se estaba produciendo algo que era inhumano", señala Mikel.

La Guardia Civil desalojó el avión que partió con retraso, identificó a 11 personas a las que la compañía denegó posteriormente el embarque. Ahora los afectados están a la espera de saber si reciben una sanción o si les llega una denuncia. Por su parte no tienen pensado reclamar el billete para volver a volar.

Desde 'Vueling' nos cuentan que todavía no han tomado una decisión sobre qué medida adoptar y añaden que el ciudadano no fue deportado sino inadmitido porque según ellos fue en el aeropuerto donde se detectó que su situación era irregular.