Nacemos, y hay mucho que tenemos que aprender. Pero tiempo al tiempo, no hay que agobiarse por querer saberlo todo de golpe. El psicólogo Joshua Harstone ha publicado un estudio en el que pone edad al rendimiento máximo de distintas tareas cognitivas.

Porque nuestra inteligencia tiene muchas caras, y cada una se desarrolla a su ritmo. Con 15 años dominamos el arte de memorizar rostros. Pero si bien podemos acordarnos sin problemas de las caras, la rebeldía adolescente hace que tampoco sirva de mucha estabilidad.

La capacidad plena de memorizar listas de palabras también la adquirimos con 15 años. Son habilidades básicas que no exigen demasiado esfuerzo y para las que la experiencia no es un requisito indispensable.

Sin embargo, en cuanto al conocimiento general, la edad otorga sabiduría. Es a los 15 años cuando realmente se puede afirmar que ya sabes de qué van las cosas.

Se puede decir que con esta edad manejas el vocabulario a la perfección y sabes discernir entre un buen plan y uno malo, porque ya tienes el máster de la vida en comprensión de causa-consecuencia. Ahora sí, a partir de ahí ya solo queda el declive.