Con el cierre de los burdeles, la situación de las mujeres prostituidas empeora. Así lo afirma Lucía una mujer en situación de prostitución: "Están dejando a las mujeres en la calle, es decir, desahuciadas y sin una manera de generar ingresos".

Según relata, la mayoría no cuenta con contratos de trabajo sino de hospedaje, por lo que, sin ingresos, no tienen cómo pagar el alquiler: "Cuando trabajan en un club, alquilan una habitación por lo que si no pueden generar ingresos, lo que hacen es generar una deuda".

Además, muchas se quedan en la calle como explica Erica Chueca, portavoz de Médicos sin Fronteras: "Si no se les da recursos habitacionales o de alojamiento como pasó en el Estado de alarma en el caso de algunas comunidades autónomas las mujeres se quedan encima en una situación de sinhogarismo".

Aunque en principio este colectivo iba a poder beneficiarse del Ingreso Mínimo Vital, cuando apareció el BOE, según detalla Erica Chueca, "la palabra prostitución no aparece por ninguna parte". Además, desde Médicos del Mundo explican que la mayoría de estas mujeres no pueden acceder a él. "Solo aparecen las mujeres víctimas de trata y tienen que estar identificadas como tales, no vale que sean detectadas por ONG", detalla Erika Chueca, que señala que "además, el Ingreso Mínimo Vital es para personas en situación regular".

Tras el confinamiento, las ONG denuncian que muchas han pasado por situaciones de extrema necesidad. "De marginalidad, de vulnerabilidad y de pasar extrema hambre y sin posibilidad de pagar sus deudas", lamente Erika. Ahora, ante la posibilidad de un cierre generalizado de los locales y sin alternativas económicas para ellas, las mujeres prostituidas son conscientes de que asumirán mayores riesgos a la hora de trabajar.

"Nos va a llevar a una bajada de precios, a una situación de vulnerabilidad y a trabajar en sitios donde no estaríamos dispuestas en otro contexto", insiste Lucía, como pisos o locales clandestinos donde se pone todavía más en riesgos su salud.