Las largas listas de espera para poder ser operados tienen serias consecuencias para los pacientes. Una situación provocada por la precariedad y la falta de personal que existe en los centros sanitarios.

Rebeca es una de estas personas que ha visto cómo esta situación ha terminado afectándole. Ella tuvo que esperar dos años para poder operarse de una reducción de estómago. "Realmente mi vida corría peligro, imagínese pesando 163 kilos...yo no me podía ni mover", desvela. Una larga espera, cuenta, que le provocó muchos problemas de ansiedad.

Para María Esperanza, los dolores de rodilla son constantes debido a la artrosis que padece. Hace unos siete meses le operaron de la pierna derecha y ahora reconoce que "anda coja", debido a que sigue esperando que le den cita para operarle la izquierda. Le dijeron que sería en cinco meses, pero ya han pasado ocho.

"Me va a perjudicar la cadera, porque hago fuerza con la operada para caminar", ha lamentado.

Por otro lado, Teresa ha podido ingresar hoy en el hospital. Su nuera ha indicado que llevaban seis meses esperando su cita con traumatología para operarse.

Sin duda, serias consecuencias de una saturación, aseguran muchos pacientes, que no solo existe en los hospitales para someter a una intervención, aunque varía según las comunidades autónomas y los hospitales, sino que también existe para otras citas como pruebas médicas.

"Las mujeres tenemos que hacernos mínimo una vez al año un control ginecológico, desde la pandemia no he podido conseguir hora", ha reconocido una paciente. Unas demoras que en muchos casos causan dolor y sufrimiento. "Tengo una catarata y por no poder ver tuve un accidente".

Los tiempos de espera varían de una especialidad a otra. Según el Ministerio de Sanidad, en cirugía plástica hay más de 250 días de espera. Le siguen neurocirugía, con casi 200, y traumatología, con 150 días.