El tradicional besapiés del Cristo de Medinaceli en Madrid ha sido suspendido de nuevo este año debido a la pandemia de coronavirus. Sin embargo, ello no ha impedido que decenas de fieles hayan formado largas colas ante la Iglesia de Jesús de Medinaceli, mientras otras tantas guardaban fila para la misa de las 19:00 horas.

Aunque el aforo dentro del templo es de 200 personas, más del doble de fieles se repartían entre ambas colas para entrar a la basílica en torno a las 18:30 horas, ya que no se contabiliza a las personas que acuden a visitar al Cristo a efectos de las restricciones de aforo.

En el caso de la fila para ver al Cristo, la espera ascendía hasta una hora, ocupando toda la calle de la entrada, prolongándose por toda la calle Lope de Vega y llegando hasta el Paseo del Prado. A pesar de que la fila para ver al Cristo cuenta con marcas para respetar la distancia de seguridad, muchas personas no las han respetado, mientras que en la fila para entrar a misa no hay señalización.

La Policía Local ha indicado a laSexta que se han ocupado de cortar la calle y organizar las filas porque la iglesia no lo ha hecho. Los agentes apuntan que sobre las 16:00 horas, cuando han llegado, había menos gente pero que amontonada en la puerta, por lo que la han tenido que dispersar. No obstante, consideran que la situación no está descontrolada y que los corrillos que se forman en las inmediaciones son de familiares.

Ya el año pasado, apenas unos días antes de que se decretara el primer estado de alarma, los primeros casos y muertes por COVID-19 obligaron a suspender el besapiés. El año anterior a la pandemia, alrededor de medio millón de personas acudieron a la cita, según datos de la Archicofradía de Jesús de Medinaceli.