La pequeña Martina tiene que preparar una exposición. Le confiesa a su madre que no tiene muchas ganas. "Me da vergüenza hablar", reconoce. Es el momento de que su madre fomente su valentía. Así lo explica Iria, una experta en educar en igualdad: "No hay que sobreproteger. Tenemos que intentar que se atrevan a hacer cosas".

Ojo, si surge algún conflicto es en esta edad cuando deben aprender a no recurrir a la violencia. "Que sepan resolver todas las cuestiones de forma pacífica. Es una de las maneras de evitar la violencia machista", asegura Iria.

También es esencial un reparto equitativo de las tareas en casa. En esta ocasión le toca a Lucas. Con este gesto se ayuda a romper los estereotipos en el hogar, utilizando un lenguaje inclusivo donde ellas se sientan representadas.

Durante su tiempo libre, leen libros donde se muestran a mujeres con perfiles de todo tipo: desde políticas hasta científicas. "Es importante que tengan referentes diversos para inspirarse sobre lo que quieran hacer en su vida", apunta Iria. Esther, como madre, tiene un papel fundamental para alimentar su autoconfianza y que ellas se interesen en carreras científicas.

"En el caso de las opciones científicas parece que lo que es clave es la transferencia de expectativas por parte de la madre", explica Francisco López-Rúperez, catedrático de la Universidad Camilo José Cela. Pero la tarea continúa en el colegio.

El 'método maker' ayuda a que la joven Elena, por ejemplo, pueda enfrentarse a retos de altura, como construir una lanzadera. "Pueden desarrollar, crear e inventar", explica Eloísa López, directora del colegio SEK 'El Castillo'. Se potencia su talento dejando que sean ellas las que pongan sobre ruedas sus ideas, sus proyectos.

Aquí los grupos no los marca un orden de lista o los profesores. "Se agrupan y trabajan por intereses", añade Eloísa. Prácticas que consiguen que, con 14 años, tengan en su mente trabajos como la aeronáutica o la química demostrando que el 'puedo' es un verbo que ellas también saben conjugar.