El jurado popular que ha estado juzgando durante esta semana a Eugenio Delgado por la agresión sexual y el asesinato de Manuela Chavero en 2016 ha declarado culpable por unanimidad al vecino de la mujer, al considerar que "entró viva en su casa, estaban los dos solos y salió muerta". Además, confirman el delito de agresión sexual puesto que le quitó la ropa a la víctima sin ninguna necesidad, además de considerar que el acusado tiene distorsionado el concepto de libertad sexual de las mujeres.

De esta manera, el jurado popular considera que Eugenio Delgado golpeó y mató a Manuela sin tener ella ninguna posibilidad de defenderse ya que consideran que Delgado "era corpulento" además de que en la casa estaban los dos solos con todas las puertas y ventanas cerradas, imposibilitando que la víctima pudiese pedir ayuda. De hecho, enfatizan en que el asesino llevó a Manuela a una habitación con tan solo una ventana que daba a su propio patio interior, impidiendo así que la mujer pudiese pedir auxilio.

Por otro lado, el jurado considera que Delgado aumentó el sufrimiento de Manuela de forma deliberada, tal y como demuestran las múltiples fracturas que presentaba el cadáver de la víctima y que los nueve miembros del jurado consideran que no eran necesarias para causar la muerte de Manuela. Un asesinato que descartan que sea de tipo económico al calificarlo de sexual. De hecho, aseguran que el fin de matarla era el de que evitar que se descubriera la agresión sexual, que consideran que existió al haber quitado la ropa a la víctima. Una vez tomó "conciencia de lo ocurrido, la única salida fue matarla".

Además consideran que despreció la vida de Manuela por su condición de mujer apoyándose en las conversaciones que los agentes descubrieron en el móvil de Delgado con varias de prostitutas en las que se observa que "le gustaba dominar a las mujeres". También se apoyan en el relato de una vecina que aseguraba que Delgado la miraba tanto a ella como a sus primas desde la terraza de su casa que daba a la piscina que tiene la testigo en su domicilio. "El acusado tiene distorsionado el concepto de libertad sexual de las mujeres", ha dicho el vocal del jurado.

El jurado también considera que Delgado entorpeció el esclarecimiento de los hechos en distintas ocasiones, como cuando le propuso a un vecino tapar con una placa de hormigón la zorrera en la que había escondido el cuerpo de la víctima. Asimismo, consideran que la reparación de las consecuencias civiles por parte del acusado solo cubren el 15% de lo solicitado por el Ministerio Público.

De esta manera, el jurado dice que no se le aplique ningún tipo de beneficio penal o indulto por parte del Gobierno, como tampoco que pueda ser clasificado en tercer grado al considerar que este tipo de delincuentes suelen ser reincidentes. Todas estas cuestiones, han sido votadas de forma unánime por los nueve miembros del jurado popular que han juzgado este caso.

Cuatro años en silencio como principal sospechoso

Manuela Chavero desapareció en 2016 después de dejar la puerta de su casa a medio cerrar, el bolso con el móvil en su interior y hasta la cama preparada para irse a dormir, según relataron en la segunda sesión del juicio los familiares de la mujer asesinada. Desde entonces y hasta cuatro años después nada se supo de la mujer cuando agentes de la Guardia Civil hallaron el cadáver.

No fue hasta entonces que se procedió a la detención del principal sospechoso -entre el centenar que un primer momento tenían los investigadores- y vecino de la víctima que durante cuatro años había estado sin decir nada. No obstante, los hermanos de Manuela sí que tenían alguna sospecha puesto que, según han relatado durante el juicio, cuando arrancaron las pesquisas Delgado no les aguantaba la mirada. Además, recordaron que nunca participó en los grupos de búsqueda que se organizaron.

Tanto en las declaraciones como en la reconstrucción de los hechos, Delgado aseguró que Manuela murió de forma accidental al caer y golpearse en la parte de atrás de la cabeza mientras movían una cuna que le había dejado a su vecino. Un vecino sobre el que la familia de la mujer asesinada dice que no conocía de nada más.

De hecho, esta fue una de las primeras contradicciones -porque no la única- en las que cayó el asesino, puesto que los informes forenses confirmaban que el cuerpo de Manuela presentaba lesiones propias de "una descomunal paliza", tal y como la calificó el fiscal del caso, José Luis Vaquera, durante el juicio.

Unas lesiones que Delgado justificó que habían sido provocadas al mover el cuerpo de Manuela en una pala de una excavadora para esconderlo. Entonces, Vaquera detalló que Manuela tenía las cuencas de los ojos rotas, así como el tabique nasal derecho y algunas piezas dentales, entre otras lesiones.

Los expertos lo definen como un sádico sexual

A pesar de las contradicciones los agentes siempre tuvieron claro que el móvil para matar a Manuela fue sexual. De hecho, en este punto Delgado volvió a caer en la mentira, ya que en la misma reconstrucción aseguró a algunos de los agentes que si encontraban restos de semen en el cadáver de la mujer era porque habían mantenido relaciones sexuales. Para más tarde cambiar la versión y negarlo.

Los investigadores pudieron llegar a esta conclusión de forma relativamente rápida al analizar el móvil del ahora condenado. En el dispositivo los agentes encontraron multitud de mensajes del vecino de la víctima con distintas prostitutas a las que les solicitaba servicios en los que se incluía la introducción de objetos hasta el sangrado. Algo que pudieron confirmar mediante el relato de una mujer que tuvo relaciones sexuales con Delgado, del que dijo fue tremendamente agresivo.