Son días extremadamente duros, en los que la destrucción en La Palma es mucho más visible que la vida, y en un momento además en el que aún no se vislumbra el final de la actividad eruptiva. Pero también hay señales de esperanza. Porque la misma fuerza que está demostrando la naturaleza en el volcán de La Palma también se evidencia en las imágenes que acompañan estas líneas. Ya hay brotes verdes, y es literal, en la Isla Bonita. La naturaleza, la flora y la fauna, se abre paso tras 69 días de caos.

Testigo de la resistencia de la naturaleza en La Palma y de la biodiversidad de la isla es el equipo de investigación de Manuel Nogales IPNA-CSIC, que está a pie de campo observando, analizando y estudiando la fauna y flora en la zona de la erupción del volcán de Cumbre Vieja.

En concreto, en la zona de la fajana primigenia, al sur de Los Guirres, en la playa del Charcón, nos cuentan en conversación con laSexta que se encontraron muchos animales muertos que viven ligados al litoral, como pulpos, erizos o morenas y con ellos gaviotas, que dan vida a la fajada, y son un claro ejemplo de cómo la muerte alimenta a la vida.

También en la playa del Charcón, al lado de la fajana, hay aves limícolas, es decir, aves que viven en el limo, barro o lodo. Se trata del Chorlito gris (Pluvialis sqatarola), Vuelvepiedras (Arenaria interpres) o Zarapito Trinador (Numenius phaeopus). En el vídeo bajo estas líneas, grabado por el IPNA-CSIC se las puede ver.

Además, el equipo de Nogales ha descubierto los conocidos como 'neocolonizadores'. Están en la zona de exclusión y son líquenes que se instalan o colonizan el entorno cercano a la erupción a pesar de las condiciones extremas. En concreto se trata de un líquen que se llama Stereocaulon vesuvianum y que se puede ver en las imágenes bajo estas líneas. Los líquenes están saliendo en el pinar de la erupción del Volcán San Juan, de 1949.

Un pino canario que también se puede apreciar en las imágenes. El aspecto que muestran se debe al fenómeno conocido como clorosis. Un aspecto que tienen los pinos canarios que se están encontrando en la franja altitudinal del volcán. La clorosis afecta ya a pinos que se encuentran a unos 8 kilómetros al sur del volcán.

La clorosis es el amarilleamiento del tejido foliar causado por la falta de clorofila. Entre las causas posibles que provocan este fenómeno están el drenaje insuficiente, las raíces dañadas, las raíces compactadas, la alcalinidad alta y las deficiencias nutricionales de la planta, ya que necesitan hierro para producir la clorofila. Todo ello posible en una erupción volcánica.