Conmoción en el noroeste francés por una familia rota en cinco minutos, el mismo tiempo que unos padres perdieron de vista a su pequeña de cinco añitos para no volver a verla con vida.
La encontraron muerta en una bolsa de basura en la cercana casa de un adolescente, ahora detenido. Él mismo avisó a la Policía de que la tenía.
"Estoy destruida ¿Puede haber algo peor que esto, díganme? ¿Que te quiten así a una criatura?", se ha preguntado la madre entre sollozos. El padre asegura que están "perdidos" y "muertos en vida".
En el pequeño Rambervillers las condolencias han dado paso a la cólera al conocerse el inquietante historial del presunto asesino: recluido casi un año bajo tutela judicial y psiquiátrica, investigado por una agresión sexual previa y aficionado a rondar a menores. "Siempre estaba solo, sin amigos, hablaba solo", explica un vecino.
Apenas hacía dos meses que le habían dejado volver a casa de sus padres. "Le dejaron salir, quiero que paguen", ha pedido la madre de la niña.
Las autoridades locales confiesan que estaban preocupadas por su vuelta y la Policía debía hacerle seguimiento. Quizá lo más sangrante de una muerte tan estremecedora como, quizás, evitable.