En el barrio de Horta, en Barcelona

Viven con miedo desde hace un mes: alguien dispara perdigones a su casa a diario y aún no saben quién es

¿Qué está pasando? Lo que empezó como un simple ruido terminó en herida. Alen, el hijo menor, fue alcanzado por un perdigón en el salón. Desde entonces, su familia vive con miedo, encerrada y sin saber quién es el francotirador.

El brazo de Alen tras recibir un disparo mientras estaba en el sofá con sus amigos
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Imagina estar en tu casa, tranquilamente en el sofá con unos amigos, y de repente... ¡pam! Sientes un golpe seco, un dolor fuerte en el brazo, y te das cuenta de que alguien —desde un edificio enfrente— te ha disparado con un perdigón. Eso le pasó a Alen, un joven que vive con su familia en el barrio de Horta, en Barcelona. Desde hace casi un mes, los disparos se han vuelto parte de su día a día.

"Escuché un golpe en la pared, y al segundo, un dolor muy fuerte aquí", cuenta Alen, señalándose el brazo. Al principio pensó que le había caído algo de una obra, pero cuando vio la herida, entendió que era algo más grave: le habían disparado.

En ese momento, su madre, Pilar, estaba en la cocina. "Escuché el ruido, fui corriendo y lo vi dolorido en el sofá. Tenía un agujero en el brazo", recuerda.

Desde entonces, la familia vive con las ventanas cerradas y el miedo instalado en su casa. En el salón se acumulan las marcas de impactos:; cristales astillados, persianas rotas, ropa agujereada. "Cada día hay algún daño nuevo. Hemos contado más de una docena de impactos entre las ventanas, la ropa del tendedero y la pared", dice Pilar.

Y aunque parece increíble, esta situación se ha repetido durante casi un mes entero. La familia ha presentado ya ocho denuncias junto a otra vecina que también ha sido víctima de los disparos. Pero de momento, nadie sabe quién está detrás.

"Por el día no puedo abrir las ventanas. Y por la noche, si no las abro, nos asfixiamos del calor. Es una situación imposible", explica Pilar. Su hija, Georgina, resume lo que están viviendo con impotencia: "Es así todos los días. No sabes si te puedes sentar en el sofá sin que te disparen. No puedes vivir con tranquilidad en tu propio salón".

Los Mossos d'Esquadra están investigando. Una vecina del barrio asegura haber visto coches policiales patrullando y agentes en las azoteas tratando de localizar el origen de los disparos. Aun así, el autor sigue sin ser identificado. Nadie sabe si es un vecino, alguien con problemas o simplemente un irresponsable jugando con un arma.

Mientras tanto, esta familia vive atrapada en su propia casa, con miedo a que el siguiente disparo no dé en la pared... sino en otra persona.