Operación de la Guardia Civil

Desmantelado un 'chat de depravados' donde compartían vídeos sexuales sin consentimiento de sus víctimas

Los detalles Los integrantes del chat grababan y compartían relaciones sexuales con chicas sin que ellas lo supieran. En el grupo se daban consejos de cómo hacerlo. Para permanecer en él, tenían que enviar contenido a diario.

Chat de los depravados
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Grababan las relaciones sexuales que mantenían, con sus novias o con un ligue temporal, y luego difundían los vídeos, sin el consentimiento de las víctimas, en la plataforma de mensajería Telegram. Así actuaban los integrantes del 'chat de depravados' que acaba de desmantelar la Guardia Civil, que los define como "lobos con piel de cordero".

Los miembros del grupo actuaban básicamente como una manada: en esos chats privados compartían todo tipo de fotos y vídeos de las relaciones que mantenían con las víctimas. Relaciones sexuales que grababan sin que ellas lo supieran para luego difundir los vídeos como si fueran meros objetos sexuales y sin su consentimiento.

En ese mismo chat en el que compartían sus 'trofeos' hay pruebas de su modus operandi, porque contiene consignas en las que se iba aleccionando sobre cómo grabar sin que las chicas se dieran cuenta, colocando la cámara oculta en el baño o en el ordenador portátil o, si se trataba de sexo virtual por videollamada, con una aplicación sin que ellas supiesen que las estaban grabando.

El requisito para mantenerse en ese 'chat de depravados' era que nunca faltara un vídeo que aportar. "Son grupos en los que si tú no colaboras, no te dejan ver", resume Miguel Ángel Sáez, portavoz de la Guardia Civil en La Rioja. "Se alecciona a esos participantes a que todos los días tienen que mandar contenido sexual, si no lo mandas, ese administrador te echa del grupo. Está retroalimentado durante las 24 horas del día", explica.

Los agentes han revisado gran parte del material incautado y contabilizado 27 víctimas de momento, aunque a los investigadores aún les queda por revisar mucho material. En el chat podía haber desde 400 hasta 600 participantes, aunque había dos cabecillas fundamentales: dos jóvenes de 23 años de Soria y de Logroño, que ya han sido detenidos y que eran quienes aleccionaban y daban todo tipo de claves al resto de integrantes.

Los agentes, que empezaron a seguirles la pista en marzo, prevén más detenciones. Todos los implicados son hombres y todas las víctimas, mujeres.