Emergencia climática

El Mediterráneo, en peligro por el cambio climático: las altas temperaturas atraen a 23 especies invasoras que podrían acabar con la fauna autóctona

Los detalles Según los investigadores, el Mediterráneo se ha convertido en uno de los focos más cálidos del planeta, lo que podría acabar con las especies que históricamente han habitado el mar.

El Mediterráneo, en peligro por el cambio climático
Escucha esta noticia
0:00/0:00

El mar Mediterráneo está en riesgo. Es la conclusión que sacan los últimos estudios realizados en las aguas del sur de Europa durante este verano tras alcanzarse el pasado mes de junio temperaturas superiores a los 30,5 grados en la costa mallorquina, una marca histórica que preocupa, y mucho, a los expertos.

Según estos análisis se ha documentado la presencia de hasta 23 nuevas especies animales que no corresponden al Mediterráneo, sino a mares mucho más cálidos a miles de kilómetros de distancia.

Ocurre con la 'vieja canaria', uno de los peces más apreciados del archipiélago que ha llegado a la costa catalana, donde está amenazando a las especies autóctonas. Lo mismo sucede con el gusano de fuego, que también ha llegado desde las Islas Canarias y nunca antes había sido visto en las costas peninsulares.

De más lejos viene el pez conejo, que procede del mar Índico. Esta especie ha cruzado miles de kilómetros a través del Canal de Suez hasta llegar a un Mediterráneo donde, por la temperatura de sus aguas, se encuentra casi como en su hábitat.

También ha sido visto en las inmediaciones de la Península, concretamente en Almería, el pez león, una especie invasora del Índico y el Mar Rojo, que se extiende imparable por el Mediterráneo causando múltiples daños a la fauna autóctona marina. Además, es una especie muy peligrosa para los humanos por sus enormes espinas.

Además de estos peces, se ha disparado la presencia del alga asiática, que ha irrumpido en las costas del sur de la Península Ibérica arrastrada por las corrientes térmicas.

Según los investigadores, el Mediterráneo se ha convertido en uno de los focos más cálidos del planeta, lo que podría acabar con las especies que históricamente han habitado el mar y podría tener también graves consecuencias desde el punto de vista climático, ya que este calor es un foco de atracción para las tormentas eléctricas y las grandes precipitaciones.