La publicación 'Making
sustainable palm oil the norm in Europe' revela que el 60% del aceite de palma
importado para la alimentación en Europa cuenta con certificación oficial de la
Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible, si bien este porcentaje en
España sólo representa el 26%.
Según este documento, la
Unión Europa adquirió, durante 2016, un total de 7,07 millones de toneladas de
aceite de palma -volumen que equivale al 11 % de la producción mundial-, lo que
la convierte en uno de los tres mayores importadores de este producto a nivel
mundial junto con China e India.
España, Italia, Alemania
y Holanda son los países europeos que más aceite de palma importan y además
desempeñan "un papel importante" en la distribución de este producto
en el mercado europeo. Del total importado en 2016, 3,7 millones de toneladas
fueron a parar a la industria alimentaria, mientras que los 3,4 millones
restantes se destinaron al sector energético.
Sin embargo, esta última
parte no se evalúa en el informe porque responde a un sistema de certificado de
sostenibilidad diferente, regido en este caso por la Directiva de Energía
Renovable (RED).
Pese a los
"desafíos específicos" que implican estas cifras para algunos países,
el documento concluye que la tendencia es "positiva" pues la cantidad
de aceite de palma sostenible utilizada para la industria alimentaria creció en
2016 un 24,6 % con respecto al año anterior.
Mientras en países como
Francia, Dinamarca, Bélgica y Holanda la parte sostenible del total de aceite
de palma importado es superior al 90%, el porcentaje deberá incrementarse aún
más en los mercados de España, Italia, Suecia y Noruega para poder cumplir con
los objetivos establecidos en la Declaración de Amsterdam para el 2020.
Con todo, la ESPO
reconoce el "buen ejemplo" que deja la Fundación Española de Aceite
de Palma Sostenible en su propuesta para asegurarse de que "todas las
empresas españolas que utilizan aceite de palma empleen aceite 100 % sostenible
antes de que termine" el actual decenio.